Revista del IEEM
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«El futuro será sustentable si el hoy comienza a serlo»

Mariana Robano

Directora técnica de ReAcción

¿Qué es la sustentabilidad y cómo se aborda en Uruguay y la región? ¿Cómo se diferencia ese abordaje del de regiones más desarrolladas?

La sustentabilidad es pensar qué va a pasar en el futuro con mi accionar de hoy, eso nos interpela a reflexionar nuestro relacionamiento actual con el entorno y sus consecuencias en el presente y el futuro.

Hoy no solo tenemos que revisar los procesos productivos y de consumo para minimizar sus impactos negativos, sino que además nos tenemos que volver cada día más resilientes a los cambios que hoy sufrimos por un mal accionar del pasado; adoptar una actuación regenerativa para reconstruir lo dañado y creativa para refundar nuestros modelos.

Si bien la mayoría de los países toman los Objetivos de Desarrollo Sostenible (17 ODS) como una hoja de ruta y guía para estos abordajes, la situación de cada país es distinta.

Uruguay ha sabido llevar adelante una mirada ambiental que desde hace muchos años se viene profundizando en políticas, normativas e iniciativas internas, como lo ha sido su política energética que nos posiciona en el segundo país (luego de Dinamarca) con mayor porcentaje de energía eléctrica renovable a nivel mundial; la planificación hacia la economía circular, el cuidado del agua, así como otros compromisos globales, como el cumplimiento de NDC (compromisos de actuación climática), que cada día se profundizan en oportunidades para el agro, el transporte y la industria donde se hacen aquí pilotos, o surgen nuevas formas de producción y diferenciación.

 

¿Cuáles son los temas centrales de la agenda 2023 de la ONU y cómo los aplican en ReAcción?

Hay algunos compromisos globales y agendas ambientales a 2025, lo que acelera la definición y acciones concretas de avance hacia esos pactos y sus metas. Esta es la década de acción radical para lograr los objetivos a 2030 e incluso a 2050. Y para lograrlos cada año cuenta. Sin duda los ODS, el monitoreo, mitigación y resiliencia ante el cambio climático no pueden salir de la agenda, a los que se suman con especial foco el agua, la biodiversidad y las energías en una mirada de acceso en paz y justicia climática obligada.

Uruguay también tiene un año sustancial en torno a los residuos y particularmente a los plásticos, ya que cerró 2022 con la Cumbre Internacional de Plásticos INC1 en Punta del Este, y sin duda le seguirán acciones sobre los envases en general, los residuos de obra civil y los electro-electrónicos.

Para quienes hacemos ReAcción desde 2016, sustentabilidad, economía circular, movilidad sostenible, descarbonización, resiliencia, regeneración y un largo etcétera son parte del día a día y un componente ineludible que une a la ingeniería ambiental con otras disciplinas, pero fundamentalmente al diseño en su sentido más amplio.

«Llevamos adelante un compromiso de acción de diversas formas innovadoras, que son hoy referencia local e internacional».

Llevamos adelante un compromiso de acción de diversas formas innovadoras, que son hoy referencia local e internacional. Nuestro propósito es plantear soluciones a problemas considerando no solo aspectos técnicos de la ingeniería ambiental, sino además a quienes están involucrados en esas actividades. Buscamos, a través de herramientas de comunicación y diseño, promover la cultura del cuidado ambiental, en definitiva, un cambio cultural.

 

¿Qué estrategias pueden llevarnos a un futuro sustentable?

El futuro será sustentable si el hoy comienza a serlo. No hay realmente plan B porque no hay planeta B, salvo en la ficción. Y cuando hablamos de futuro hablamos de menos de una generación completa, de 20 a 70 años. En este sentido, lo prioritario es tomar conciencia de cuál es el futuro que nos espera si seguimos explotando los recursos naturales, produciendo y consumiendo como lo hemos hecho en los últimos 50 años. No podemos seguir ignorando esa proyección tan catastrófica y real. Por eso es clave seguir implementando estrategias que nos permitan cambiar el rumbo.

Algunas estrategias van desde la descarbonización, a través de logísticas y energías limpias, hasta la economía circular, aplicando eficiencia a la circulación de insumos y nutrientes; la regeneración de espacios y recursos naturales, el cuidado de la biodiversidad, el agua y la tierra. En definitiva, una mirada de acceso renovable y uso cuidado para el triple impacto positivo donde lo económico, lo social y lo ambiental están en equilibrio, generando bienestar.

Debemos transformar el modelo, mientras lo repensamos y mientras vivimos aún con algunos viejos paradigmas de éxito y progreso. El último reporte global de circularidad (circularity gap 2022) revela cuán lineal es aún el mundo. Solo se recircula el 8,6 % de lo que usamos, lo que evidencia que la brecha de circularidad es superior al 90 %. Si bien se escuchan cada vez más los compromisos climáticos, la acción concreta debe aún convertirse en norma que logre proteger a los recursos y a las personas. Tanto la producción como el consumo deben transicionar cada vez más rápido antes de quedarse sin recursos. Es como cambiar el curso de un barco en el medio del océano, teniendo que apagar el motor y arreglar la proa aún en marcha para que no se hunda y poder seguir. Son muchos los desafíos, pero, además de que no hay realmente alternativas y debemos dar cuenta de ello, sí hay oportunidades.

 

¿Qué oportunidades de negocio surgen de la mano de la sustentabilidad?

Surgen muchas oportunidades porque el modelo productivo lineal aún es el predominante y en la reconversión a un modelo circular surge la necesidad de nuevos materiales, procesos, conocimiento, tipos de distribución. Es decir, que todo requiere o tiene la oportunidad de ser reinventado y allí surgen oportunidades para liderar, destacarse y eventualmente hasta mantenerse relevante o no. Las hay en todas las fases: en la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones, en la creación de procesos que permitan escalar esas soluciones y su implementación.

Como ejemplos, porque el abanico de posibilidades es inmenso, la movilidad se refunda a una movilidad más activa, eléctrica o con base en hidrógeno. Esto cambia las necesidades de carga de los vehículos, los procesos de reparación, los servicios asociados a la carga (que es distinta en tiempo y espacio).

En el sector de la construcción hay varias oportunidades, dado que es altamente extractivo y generador de impactos ambientales. A la vez, es un motor de trabajo y desarrollo, por esto es fundamental el encuentro de estrategias que reformulen su actuación, desvinculando el crecimiento del agotamiento de recursos.

Es importante destacar que un enorme porcentaje de materiales que se extraen de las obras, por ejemplo, de una demolición, van a un vertedero, perdiéndose la oportunidad de aprovecharlos. Trabajamos con cámaras y actores para crear un índice de circularidad, así como las variables que logran impulsar la perspectiva circular en sus distintas fases. Desarrollamos un servicio de gestión de obras que promueve no solo la valorización de los diferentes materiales, sino también el diseño para la incorporación de materiales y productos circulares.

 

¿Cuáles son las principales tendencias de cara a 2023?

En el mundo podríamos ver que se mantienen como tendencias la mayor búsqueda de un consumo —y por ende producción— responsable en todas las categorías, la biomimética —los procesos de la naturaleza como inspiración— como fuente de innovación para el desarrollo de soluciones, la regeneración e inclusión como conceptos de actuación, y la aplicación de tecnologías, de metodologías de análisis y data para identificar y sostener los cambios.

Si bien la sustentabilidad como tal empieza a no estar tan “de moda” en la agenda global, sí se entiende como un imperativo, como un básico en las empresas e industrias. No se puede volver atrás o dejar de avanzar, sería como poner en duda los derechos laborales, la seguridad u otras áreas como el marketing o la virtualidad para hacer empresa.

Sin embargo, es importante mencionar lo que ocurre en Uruguay, donde, además, hay metas y compromisos (por ejemplo, neutralidad de carbono para 2050) muy exigentes a nivel del gobierno, apalancadas por acciones como las del Bono Verde y el uso de infraestructura y conocimiento que están presentes en el país hace tiempo o prontas para desarrollarse. Esto hace que a nivel país la tendencia a una movilidad sostenible se profundice (que implica evitar traslados o minimizarlos y repensarlos, cambiar su matriz energética), el agro sostenible se sigue trazando, la construcción circular también se afianza (uno de los principales sectores industriales en materia de emisiones de gases efecto invernadero).

Se están haciendo proyectos de gran escala y pruebas de concepto muy importantes en Uruguay. Por ejemplo, nosotros trabajamos en la gestión circular de obras junto a CEAOSA,  donde se aplican estrategias de diseño, reinserción y recuperación de materiales, lo que es una tendencia y el impulso hacia indicadores de circularidad en el sector. Otros proyectos como las construcciones en madera que lleva adelante Enkel, lo que está haciendo desde su hub el estudio de arquitectura Dovat o la instalación de una planta que producirá CTL en Uruguay marcan nuevos caminos que llegaron para quedarse.

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