Empezaste una empresa de cero y hoy es un grupo con una actividad muy relevante en el sector, ¿cuánto creés que esto se debió a tus capacidades técnicas y cuánto a tu capacidad de liderazgo?

En realidad, no busque ser empresaria ni emprendedora. Simplemente ocurrió. A fines de los 90, cuando cerró la planta farmacéutica de la multinacional en la que trabajaba, no pude conseguir un empleo similar al que tenía. Tempranamente, me di cuenta de que para poder reinventarme y gestionar una empresa, cualquiera fuera su tamaño, necesitaba formarme en gestión. Cuando se tiene gente a cargo no se puede improvisar, sino dar certezas.

Durante varios años tuve dos sombreros, trabajando en relación de dependencia en la salud y desarrollando Farmared-Logired. Primero, por temor, y luego, porque sumaba a mi carrera. Cuando volcaba toda mi energía a la empresa, se desarrollaba con más rapidez, por lo que decidí entregarme en cuerpo y alma a ella y a su gente. Mis hijos la identifican como otro hermano.

Entiendo que mi formación farmacéutica y mi experiencia en el sector sumó y aún suma hoy en el grupo. La carrera científica es muy afín a procedimentar, certificar, robustecer procesos, estar en una búsqueda constante de la excelencia, en capacitación continua.

Se suma a ello que nunca me conformo con lo logrado ni con lo aprendido. Cada día me desafío a aumentar mis conocimientos y buscar mejores soluciones para nuestros clientes, nuestros colaboradores y para la comunidad.

En esa búsqueda fuimos agregando empresas al grupo, todas con un propósito de servicio: almacenamiento para diferentes rubros, transporte, última milla, soluciones ambientales, servicios en zona franca, hosting —para apoyar a empresas que comienzan su actividad en el país—, servicios de valor agregado, representación, venta y distribución a nivel nacional, y servicios de personal tercerizado, que es con la que más me identifico.

Con esta última logramos unir la oferta con la demanda de aquellas personas que, habiendo perdido su trabajo, no poseen una red de contactos para reinsertarse. Nos encanta generar empleo de calidad. Es nuestra responsabilidad como empresarios. Ponemos mucho foco en mujeres y, en especial, en jefas de hogar.

Estamos convencidos de que la libertad comienza por la libertad económica, por lo que hay que fomentar la inserción laboral de la mujer y su desarrollo.

¿Cómo explicarías tu forma de dirigir? ¿Qué es para vos ser una “buena líder”?

No existe una receta. Tu comportamiento depende mucho de los valores que te inculcaron en tu familia. Ese es el driver a lo largo de tu vida .

Trato de nunca alejarme de ellos. Mas aún cuando las cosas se complican, hay que volver a la fuente.

Intento fomentar la honestidad en el equipo y la transparencia para con los clientes. La búsqueda de la excelencia, la robustez en los procesos, el respeto entre nosotros, la capacitación y el desarrollo del personal es nuestro día a día.

Nos podemos equivocar, pero lo inteligente es utilizar ese error como aprendizaje. A partir de analizar los motivos que condujeron al error y proponer acciones que conduzcan a no repetirlo, la organización emerge con más fortalezas, más confianza.

Nuestro propósito es que el grupo empresarial sea de triple impacto. No perseguimos únicamente resultados, sino que entendemos que nuestra actividad empresarial, si no derrama a la sociedad y no cuida al ambiente, no tiene sentido de ser.

No solo no tendría sentido, sino que sería cortoplacista. Estamos obligados a dar continuidad a las organizaciones que dirigimos. De ellas depende mucha gente, con sueños y familias que atender.

Esta es nuestra responsabilidad y la debemos asumir con energía y convencimiento.

¿Qué es más importante, tener personas en las que podés confiar o personas que confían en vos?

Creo que lo importante es la diversidad en las organizaciones. Es bueno tener un mix de aquellos en que confiás y de los que confían en ti, que te siguen en tus decisiones y propuestas por más disruptivas o arriesgadas que sean.

Pero para eso hay que jugarse en las malas, pues en las buenas te miras al espejo y te crees fantástica.

En 2020 resolvimos incorporar automatización en procesos de picking en el operador logístico. Compartí esa idea con mi familia y mi mamá, con más de 90 años, me recordó el valor del trabajo, acotando: “Que no resulte en pérdida de puestos de trabajo”.

Por supuesto que la única forma de lograrlo era buscar nuevos negocios. La pandemia nos golpeó en marzo 2020, desafiándonos aún más para lograr ese objetivo empresarial-familiar.

Y fue así que como familia asumimos el compromiso de que nadie quedaría sin trabajo y, más aún, nadie iría a seguro de paro. Al mismo tiempo, decidimos acompañar a todas aquellas organizaciones sociales que buscaban apoyar a la sociedad en su momento más difícil.

Y así lo hicimos. Misión cumplida. Y crecimos en 2020 y en los años siguientes.

Esos son los momentos en que demostrás que pensás en el otro, en aquel que cada día sale de su casa y te brinda una jornada de trabajo, en la sociedad que integrás, en el país que querés, relegando resultados.

Agradezco infinitamente tener gente a mi alrededor que me recuerda el camino.

¿Cómo influye ser mujer en el liderazgo? En tu experiencia, ¿es lo mismo liderar a hombres o a mujeres?

Nunca me sentí discriminada en mi vida laboral y no creo que existan diferencias en liderar hombres o mujeres.

Creo que la mujer capta más los sentimientos de los que la rodean, es más empática. También cuida los detalles, no solo se preocupa de que las cosas salgan, sino que se realicen bien.

Importa más identificar a aquellas personas que necesitan más acompañamiento que a las que necesitan que le des libertad para lograr su máximo desempeño. En estas últimas volvemos al concepto de confiar en lo que hacen.

¿Cómo un líder puede ejercer su condición de tal fuera de la empresa, con clientes y proveedores?

Se debe influir de forma positiva en todos los stakeholders: accionistas, clientes, empleados, proveedores y diversos grupos de interés. A veces no resulta fácil identificar y conocer a los grupos de interés, quienes se ven impactados por nuestras actividades, y ese es un gran desafío.

A esto se suma que existe oposición genuina de intereses entre esos grupos, y allí nuestra mayor responsabilidad es mantener un equilibrio virtuoso, como le suelo llamar. Es decir, evitar el retroceso de las organizaciones, comunidad y personas, y apuntar a lograr un continuo desarrollo y progreso.

Hay que ser una persona confiable. En la coincidencia o en la discrepancia, se deben encontrar los puntos de compatibilidad de pensamiento y acciones. Como en toda relación, se debe respetar al otro antes de exigir que lo respeten. Entender cabalmanete nuestros deberes incluso antes que nuestros derechos.

Es importante recordar que si a nuestras empresas les va bien, a la gente le va bien. Si a la gente le va bien, le va bien al país.