Revista del IEEM
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“La definición de empresa global pasa más por dónde uno decide operar y vender que por un tema de tamaño”

Rafael Atijas

CEO de Loog Guitars

¿Cuándo surge la idea de la Loog Guitar?

Surgió en 2010, cuando estaba cursando una maestría en EE. UU. Tenía que pensar en una idea para la tesis final y se me ocurrió hacer una guitarra para niños diferente a las que había en el mercado. Me gusta mucho la música, toco la guitarra, y también me gusta mucho el diseño industrial. Tenía que crear algo que no existiera o que se pudiera hacer de forma distinta y, como sabía que iba a estar unos cuantos meses investigando sobre el tema, tenía que ser algo que me interesara. Fue ahí que me di cuenta de que había una oportunidad en el sector de las guitarras para niños de diseñar una guitarra que no fuera simplemente chiquita, sino que además tuviera elementos que hicieran que sea más divertida de tocar y fuera más estimulante para los niños.

 

¿Cómo financiaste el proyecto?

Tuvimos dos etapas. En la primera presentamos el proyecto en la ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación), que nos subsidió el 50 % de los gastos de la etapa de diseño y prototipado. Fue una ayuda muy grande que nos permitió llegar al producto que finalmente vendimos.

Después hicimos una campaña en Kickstarter. Era algo bastante nuevo en ese momento, especialmente para un producto como la Loog. Hoy en día hay de todo en Kickstarter, productos de todo tipo que juntan millones de dólares. En el momento que lanzamos nuestra campaña la plataforma era muy nueva. Solo se usaba para cuestiones artísticas de bajo presupuesto y, cuando presentamos la Loog, era la primera vez que se hacía una campaña para un producto de estas características. Ahora ya hicimos tres campañas y cada vez que hacemos un modelo nuevo lo presentamos en Kickstarter.

 

¿Cuáles fueron sus mayores hitos?

Uno fue que en las primeras campañas terminamos siendo la guitarra más vendida en la historia de Kickstarter. Otro fue cuando llegamos a estar en la tienda del MOMA (Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York).

También que algunos músicos que admiro mucho terminaron teniendo la guitarra, en algunos casos porque se las mandamos nosotros y en otros casos porque la compraron ellos a través de nuestra página. El bajista de los Rolling Stones la compró así y, una vez que entré en contacto con él, le mandamos la guitarra al resto de la banda y terminó apareciendo un video de Ron Wood tocando la Loog. También pasó con Charly García, mi ídolo máximo, que nos mandó fotos con la guitarra.

¿Apuntaban a convertirse en una empresa global desde sus comienzos?

Sí, es una característica bastante fundamental de nuestra operativa: fabricamos en China, nuestro mercado principal es EE. UU. y nosotros estamos en Uruguay. Tenemos una empresa global, pero a la vez una estructura muy mínima. Desde el minuto cero apuntábamos a operar en EE. UU. como nuestro mercado principal, pero estando en Uruguay. Durante los primeros años solo vendíamos las guitarras en EE. UU. y empezamos a venderlas en Uruguay hace unos años.

 

¿Qué desafíos se presentaron a la hora de producir en China?

Unos cuantos, algunos más que desafíos fueron problemones. Tuvimos fábricas que nos estafaron y así un poco de todo… Para no hablar de ese tipo de problemas, destaco los desafíos del día a día: el tener que esperar siempre por lo menos un día para que te respondan cualquier pregunta mínima, porque es otro huso horario, el tema de que cuando uno hace un producto de diseño siempre hay una precisión milimétrica que es muy difícil de cumplir a la distancia, la necesidad de viajar relativamente seguido a un lugar que queda tan lejos… Pero es la forma que encontramos de llevar adelante nuestro producto y ahora estamos muy conformes con las fábricas con las que trabajamos.

 

¿Cómo enfocaron la búsqueda de proveedores?

Cuando se me ocurrió la idea de la Loog Guitar tuve que salir a buscar una fábrica en el mundo que las pudiera hacer, porque lo que sí tenía claro era que no quería montar mi propia fábrica. Fui a hablar a fábricas en Argentina, Brasil y EE. UU. y terminé en China no solo por precio, sino porque fue el único lugar donde avancé: pude presentar la idea, encontré gente que estaba interesada en hacerla y fui haciendo una depuración hasta llegar a una fábrica que se pudiera convertir en nuestro manufacturing partner. Una de las primeras cosas que hicimos fue abrir el listado de Alibaba.com, buscar fábricas de guitarra y filtrar, en base a criterios de sentido común, cuáles parecían menos serias, etc.

 

¿Cuáles creés que fueron las claves del éxito a la hora de hacerse un lugar en el mercado norteamericano?

Creo que haber hecho la campaña en Kickstarter, porque, además de conseguir el dinero para hacer la primera partida de guitarras, nos dio una exposición bastante transparente por las características de las campañas. Es una plataforma donde las personas se terminan enterando bastante acerca de quiénes están detrás del producto, entonces fue una forma muy buena de hacernos conocer, transmitir en qué creemos y la historia detrás del producto. Eso ayudó a que mucha gente se enterara de que existíamos.

En tu opinión, ¿qué hace a una empresa global?

Capaz que nosotros somos un ejemplo de empresa global no tradicional: producimos en China, nuestro mercado principal es EE. UU., tenemos distribuidores en otros lados y estamos en Uruguay. Hoy en día es posible hacer eso. Históricamente, capaz que pensabas en una empresa global y te imaginabas una estructura enorme con oficinas en todos lados. Nosotros tenemos una oficina chiquita en Uruguay y también tenemos una estructura legal en EE. UU. Es decir, es una empresa americana además de haber una empresa uruguaya, a pesar de que en EE. UU. no tenemos ni un cowork.  Hoy en día la definición de empresa global pasa más por dónde uno decide operar y vender y no tanto por un tema de tamaño.

 

¿Las nuevas políticas de EE. UU. presentan un desafío para la empresa?

Por el momento, el nuevo tipo de tarifas y de régimen que surgió no nos afecta. Lo seguimos atentamente y, como empresa global, obviamente vemos con mucha desconfianza cuando pasan este tipo de cosas. Nos parece que la mejor forma de abrirse camino y que la economía funcione para todos es que haya más libertad, no más restricciones. Es algo que vemos con preocupación, pero lo cierto es que al momento no ha representado una acción concreta negativa para nuestros números.

 

Algunos atinan que la globalización está en retroceso en lo que refiere al comercio internacional, ¿estás de acuerdo?

En principio no, pero tampoco soy un estudioso del tema. Entiendo que hay un auge de escalas más pequeñas, de partidas más pequeñas, de comprar local, etc. Pero creo que hay espacio para todo. Así como eso está en auge, también está en auge esto que nos pasa a nosotros: que un tipo en Uruguay pueda tener una idea, producirla en China y venderla en EE. UU. Entonces capaz que la globalización no está en retroceso, sino que lo que está cambiando un poco es que la globalización no está solamente enfocada en empresas gigantes, sino que también puede pasar con emprendimientos más chicos como el nuestro.

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