Hace algunas semanas realicé un media training a un empresario, es decir, lo ayudé en la preparación de sus entrevistas, ya que debutaba con varias salidas en los medios de comunicación. Se trata de una persona totalmente ajena al mundo en el que me muevo, por lo que varios de los conceptos le parecieron nuevos. Al finalizar su semana de notas de prensa, me contó que incluso había utilizado algunos de los consejos para otras reuniones de relevancia en la nueva etapa de su negocio. Luego de repasar varios de los puntos abarcados en el entrenamiento, noté que efectivamente algunos bien pueden utilizarse para sacar provecho de otro tipo de instancias, para que lo que se comunica quede claro y obtener beneficios del intercambio. Comparto algunos de ellos.

1. Esperar al momento que se tenga algo para decir

En el ejemplo expuesto antes, el empresario tenía la inquietud de salir en los medios desde hacía más de un año. Sin embargo, esperar hasta el momento en el que contaba con anuncios relevantes de su empresa desencadenó en una muy buena respuesta mediática que no se hubiera conseguido de haber realizado las mismas gestiones, pero sin el componente noticioso.

2. Preparar los mensajes clave

No es suficiente con tener algo para decir, sino que los mensajes a transmitirse deben estar muy bien preparados para poder aprovechar las instancias del diálogo en las que se da la oportunidad e introducirlos. Si lo que se quiere presentar está claro y se preparó a modo de enunciados bien concretos, es posible aprovechar ciertos momentos para decirlos, incluso si la pregunta que se realizó no tenía del todo que ver, utilizando algunos recursos del lenguaje que lo hagan parecer natural.

Esta preparación es esencial para las entrevistas cortas, ya que no hay tiempo que perder, pero también sirve para las largas, porque al explayarse es posible que el vocero pierda el foco y la conversación derive en temas no tan relevantes. Es importante mantenerse siempre alerta.

3. Elegir lo que se quiere mostrar

No hay mejor productor de prensa que quien conoce la empresa al dedillo, por lo cual, es importante no esperar a que lleguen los periodistas, ya sean de medios escritos o audiovisuales, para definir qué imágenes se pueden mostrar. En general, los trabajadores de los medios están muy ocupados, cubriendo temas diversos, por lo que encontrarse con una entrevista en la que existen aspectos ya pensados probablemente sea tomado de buena gana, y lo que se trasmite finalmente se acercará mucho más a lo que el entrevistado desea.

4. Actuar con naturalidad y ser uno mismo

Interactuar con periodistas no es moneda corriente para la mayoría de las personas, por lo que cuando se presenta una oportunidad de este tipo, los nervios pueden jugar una mala pasada. Se debe recordar que quien es elegido para dar una nota de prensa es porque tiene algo relevante para decir; con esto en mente, se debe tener confianza, ser uno mismo y contar la historia que se tiene para contar, sin muchas vueltas y sin temerle al periodista.

5. Conocer al interlocutor

Saber quién va a estar del otro lado en cualquier tipo de comunicación será fundamental para poder evaluar el tono y los mensajes que se van a transmitir. Si se consiguió una entrevista con un programa muy distendido y de humor, por ejemplo, se debe encontrar el equilibrio entre adaptarse a ese estilo y no perder el foco de por qué se está dando la entrevista y qué se quiere lograr con ella.

6. No mentir, pero tampoco contar de más

Aunque existen recursos para llevar la conversación a los temas de mayor interés para el entrevistado, es importante tratar de responder a lo que se preguntó, como una muestra de respeto hacia el periodista y la audiencia. Asimismo, recordar que las mentiras nunca son buenas aliadas en las entrevistas. Sin embargo, tampoco es necesario excederse y revelar detalles que no fueron consultados o que pueden generar algún perjuicio innecesario.

7. Mantener la relevancia

Tanto en los medios de comunicación como en otros ámbitos de relacionamiento, a menudo las conversaciones derivan en temas que poco tenían que ver con el tema inicial por el cual las partes se encontraron. Si bien es buena idea romper el hielo con algún tema más liviano, es necesario tratar de conducir el diálogo nuevamente a los temas relevantes, más aún cuando se tiene interlocutores dispersos.